Mientras la dentista me atendía, una lagrima empezó a rodar por mi mejilla.-¿Qué es lo que te duele?, pregunto ellá.
Ay Doctora ¿cómo explicarle? Lo que me duele no tiene remedio ni tiene cura, y mucho menos la tiene usted.
Me duele acá, en la profundo, me duele acá en el corazón.
